El cambio de una oficina a un coworking ¿bajará la productividad?
De acuerdo a la Encuesta Global de Coworking 2018, realizada por Deskmag, para 2022 habrá 5,1 millones de personas utilizando oficinas de trabajo colaborativas.
Gracias a la actual tendencia que continúa en ascenso, surgen muchas dudas con respecto a la migración de las oficinas de empresas a áreas de espacios colaborativos llamados “coworking”. A continuación, trataremos de responder las preguntas más frecuentes, para despejar dudas a quienes aún evalúen esta posibilidad como una opción.
La duda más común, o la principal que en varios casos logra que la persona rechace desde un inicio esta oportunidad, es pensar que la productividad de sus empleados se verá afectada por el cambio de espacio. Estos espacios colaborativos suelen ser más abiertos y elimina las jerarquías infringidas desde años atrás que en la actualidad se han vuelto muy convencionales.
La realidad es que esto más que ser un problema o una duda, es una solución. El cambio de estos dos ambientes genera que los empleados sientan la libertad justa y necesaria para poder cumplir en un ambiente más relajado sus responsabilidades. Los coworking, muy aparte de ofrecer todos los servicios necesarios, promueve la interacción entre todos los miembros y actividades sociales.
E igual, pese a todas las creencias, es un hecho que la perspectiva de esta industria es esperanzador, pues en base a los datos y experiencias brindadas es posible que llegue incluso a mejorar los niveles de productividad.
Por otro lado, una recomendación para mantener la productividad, o recuperarla en el caso de perderla es separar la semana en objetivos, de manera que se pueda ver los resultados para así cuantificarlos.